Abimael Guzmán: la historia del terrorista más sanguinario del Perú
Abimael Guzmán Reynoso vive en prisión desde el 12 de
septiembre de 1992, cuando fue detenido en una casa de Surquillo por el Grupo
Especial de Inteligencia del Perú (GEIN). Ese día se considera el más
importante en la historia de la lucha antisubversiva en el Perú, el inicio del
fin del movimiento terrorista Sendero Luminoso. Su captura también representó
el fin del mito del presidente 'Gonzalo', a quien sus seguidores consideraban
casi un mesías, una persona casi omnipresente.
Nace 'Gonzalo'. La leyenda de Guzmán Reynoso (Mollendo,
1934) se empezó a forjar en la universidad de San Cristóbal de Huamanga
(Ayacucho), donde era un carismático catedrático de filosofía. Eran los inicios
de la década de 1960 y su discurso atraía la atención de colegas y estudiantes.
En esa época, en medio de disputas ideológicas en el interior del Partido
Comunista Peruano (PCP), se impuso como el líder de una facción que empezó a
enarbolar una frase de José Carlos Mariátegui: "El marxismo-leninismo es
el sendero luminoso del futuro".
El inicio del terror.
Abimael Guzmán entró en la
clandestinidad en 1976 y en los siguientes años el Partido Comunista Sendero
Luminoso (PC-SL) se preparó para la lucha armada. El 17 de mayo de 1980, un día
antes de las elecciones generales que ganaría Fernando Belaúnde, iniciaron su
guerra contra el Estado peruano quemando papeletas electorales en el poblado
ayacuchano de Chuschi. Ese fue el primero de una serie de actos subversivos que
terminarían con la vida de 31,331 peruanos, según el informe de la Comisión de
la Verdad y Reconciliación (CVR).
Hasta su captura, el 'presidente Gonzalo' dirigió durante 12
años los atentados y asesinatos más violentos de la historia republicana. No
solo murieron policías y miembros del Ejército, sino también civiles de todas
las clases sociales, desde autoridades electas hasta comuneros de los poblados
del Perú. Guzmán se ensañó principalmente con los sectores más populares que se
resistían a su ideología. Ejemplos sobran, tristemente: las masacres de
Lucanamarca (Ayacucho), Mapotoa y Yaynapango (Comunidades Ashaninkas de la
selva central), así como el asesinato de líderes como María Elena Moyano.
Sentencia y encarcelamiento.
Tras la llamada 'captura del
siglo', Abimael Guzmán fue juzgado por una corte militar de jueces sin rostro,
bajo un régimen antisubversivo instaurado por el entonces gobierno de Alberto
Fujimori. En 1992 fue sentenciado a cadena perpetua por el delito de traición a
la patria y encarcelado en la Base Naval del Callao, donde permanece hasta
ahora junto a otros líderes senderistas.
No obstante, en 2003 el Tribunal Constitucional anuló las
sentencias contra Guzmán y otros 1,800 acusados de terrorismo, tras declarar
los juicios militares anticonstitucionales. En 2004 se inició un nuevo proceso
y dos años después una corte civil dictó nuevamente cadena perpetua contra el
cabecilla senderista. Guzmán fue hallado responsable del delito de terrorismo
agravado y homicidio calificado, por planificar el lugar, modo y objetivo de
cinco atentados de Sendero Luminoso, entre ellos la matanza de Lucanamarca en
1983.
A los 82 años de edad, Guzmán enfrentará un nuevo juicio,
junto a otros 11 cabecillas senderistas, por su responsabilidad en el atentado
de la calle Tarata de Lima, que dejó 25 muertos en 1992 y que se convirtió en
uno de los ataques más sangrientos cometidos en la capital, otro símbolo de la
época más oscura del Perú.